Día de la Tierra

En muchos países del mundo se celebra el día de la Tierra cada 22 de abril desde hace 42 años a fin de concientizar a la humanidad sobre problemas del medio ambiente como: la superpoblación, la contaminación, o la conservación de la biodiversidad.

El senador estadounidense Gaylord Nelosn consiguió en 1970 que se celebre por primera vez esta importante fecha, ahora, luego de 42 años, la consigna es que alrededor de 500 millones de personas en unos 85 países se movilicen para ayudar al planeta participando en diferentes eventos para celebrar a la Tierra.

Debemos reflexionar sobre la importancia del AGUA, el elemento indispensable para la vida. Se debe tomar conciencia sobre el uso responsable de los recursos naturales de la Tierra, educarnos y formar conciencia ambiental que nos permita convivir en armonía con nustra Pacha Mama.

“La Tierra es nuestro hogar y el hogar de todos los seres vivos. La Tierra misma está viva. Somos partes de un universo en evolución. Somos miembro de una comunidad de vida interdependiente con una magnificente diversidad de formas de vida y culturas. Nos sentimos humildes ante la belleza de la Tierra y compartimos una reverencia por la vida y culturas. Nos sentimos humildes ante la belleza de la Tierra y compartimos una reverencia por la vida y las fuentes de nuestro ser…” (Extracto de la “Carta de la Tierra”).

Acciones para evitar la contaminación de la “Pacha Mamacon:

  • Transporte. Reducir el individual y promocionar los medios colectivos.
  • Energía doméstica. Disminuir su gasto con electrodomésticos de etiqueta energética o apagando los aparatos completamente.
  • Residuos. Favorecer la separación de basuras y el reciclaje.
  • Materiales. Reutilizarlos siempre que se pueda (papel, juguetes, herramientas, muebles…) y evitar usar bolsas, cajas y embalajes.
  • Agua. Reducir su consumo colocando, por ejemplo, botellas en las cisternas.
  • Riego. Minimizar el riego de jardines y promocionar el sistema por goteo.
  • Naturaleza. Respetar los espacios protegidos y minimizar el impacto en zonas naturales.
  • Suelo. Minimizar los cambios de uso del suelo y, en general, del suelo artificial.
  • Impacto. Dar más importancia a los análisis de impacto ambiental y considerar otras alternativas costosas, pero ambientalmente favorables
  • Especies. No trasladarlas fuera de su lugar de origen.
  • Productos químicos. Minimizar el uso de compuestos químicos como antibióticos, fertilizantes y aerosoles.
  • Educar a los niños en el valor de los bienes que nos ofrecen los ecosistemas.
  • Gobiernos. Exigir la gestión sostenible a largo plazo de los recursos naturales.