Lucanamarca

Hoy se recuerdan 29 años de los asesinatos ocurridos en Santiago de Lucanamarca(Región de Ayacucho) y por esta razón, hace un par de semanas atrás, un equipo especial de Lo Justo viajó hasta allá para conversar con su población sobre el auge mediático que había tenido su distrito en los últimos meses; debemos recordar que Lucanamarca fue escenario de una de las más sangrientas masacres perpetradas por el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL) contra la población civil el 5 de abril de 1983, donde perecieron 69 comuneros.

Desde aquella ocasión, el pueblo ha luchado por sacar a la luz su caso, reclamando el reconocimiento oficial que merecen, así es que la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) decide realizar un estudio a profundidad sobre los hechos, reconstruyendo la historia de lo ocurrido, resaltando la necesidad de reparar a los familiares de las víctimas, y destapando una serie de conflictos y fracturas entre los lucanamarquinos. Es en este contexto que, nuestra acompañante en esta jornada, la Dra. María Eugenia Ulfe –antropóloga experta en temas de memoria y actual Coordinadora de la Especialidad de Antropología PUCP- y un grupo de sus estudiantes, deciden iniciar una serie investigaciones en torno al tema de ciudadanía en la localidad, investigaciones que nos sirvieron de base para nuestra nota.

Lo que nuestro equipo encontró fue el profundo desconocimiento que tiene la población local sobre su “mediatización”, los problemas del día a día son para ellos mucho más importantes. Sin embargo, la lejanía del pueblo con respecto a la ciudad de Huamanga, la ausencia de una vía de comunicación asfaltada y la escaza presencia estatal en la localidad, no han hecho mella en las expectativas de una reparación digna e igualitaria para todos, en especial ahora que el Ministro Justicia y Derechos Humanos, Juan Jiménez, ha anunciado su visita al distrito. Como nos comentaban, el Estado no ha generado acciones que permitan crear confianza en él: “¿Qué va ha hacer el Estado Peruano? ¿Hacerlo eso? ¡Solamente Dios Jehová! ¿Qué cosa es el Estado Peruano que pueda hacer eso? ¡Nunca!”, nos exclamaba uno de nuestros entrevistados. Tomado de lojusto.lamula.pe

Lucanamarca, el documental

Santiago de Lucanamarca, una remota comunidad campesina de los Andes peruanos, es remecida por la presencia de la Comisión de la Verdad y Reconciliación que viene a abrir las tumbas de los 69 fallecidos en la matanza del 3 de abril de 1983. Veinte años después surge la posibilidad de cerrar las viejas heridas pero la desconfianza recorre también las calles del pueblo. ¿Acaso no somos todos peruanos? se pregunta uno de los afectados. La historia de Lucanamarca nos muestra lo esquiva que puede ser la justicia.

Notas de los directores

Esta es una historia sobre la memoria, porque hay quien cree que la memoria es un camino para atrás, pero nosotros creemos que no, que recordar es un caminar hacia delante.

Los veinte años de violencia política dejaron más de 69 mil peruanos y peruanas muertos o desaparecidos a manos de las organizaciones subversivas o por obra de agentes del Estado. De cada cuatro víctimas de la violencia, tres fueron campesinos o campesinas cuya lengua materna era el quechua: Un amplio sector de la población históricamente ignorado, hasta en ocasiones despreciado, por el Estado y por la sociedad urbana. Por eso este documental es un intento por aprehender una parte del pasado y presente de nuestro país, para que esta invocación a la memoria sirva como conjuro y ciertas cosas no se repitan más.

No hemos pretendido hacer una historia de héroes y villanos. Más que respuestas, el documental intenta dejar preguntas que nos cuestionen como sociedad y como país.

Nota del Dr. Salomón Lerner (Presidente de la CVR)

Lucanamarca, representa uno de los casos emblemáticos que dio a conocer al país la Comisión de la Verdad y Reconciliación en el 2003 con el propósito de reflejar el horror que nos dejó el conflicto armado interno. La complejidad de los hechos se refleja hoy en la memoria de los pobladores de este distrito que mantienen vivo el recuerdo para intentar comprender y evitar que vuelva a ocurrir.

El valor de este documental recae en preservar la memoria de lo ocurrido, a partir del testimonio de las víctimas sobrevivientes y los familiares de las víctimas fatales. Han transcurrido 25 años y su visión sigue siendo tan compleja como los hechos que antecedieron al fatídico día. A lo largo de este relato visual, queda plasmado el grado de enajenación que llegó a alcanzar el conflicto armado interno en el Perú. Que esta nueva mirada nos permita seguir avanzando en reconstruir la memoria de nuestro pasado reciente, condición inalienable para pensar la reconciliación.