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Mientras tu estas en cuarentena obligada y cumpliendo, esperamos, las medidas para disminuir las posibilidades de contagio del coronavirus, hay un ejército de personas que no para y no se trata de los militares y policías. Son miles de obreros y obreras que trabajan en los fundos de agro exportación con el miedo a ser víctima del COVI19, con el miedo a reclamar, con el miedo a ser despedidos. Ellos y ellas, siguen siendo trasladados en las madrugadas en buses sin observarse las medidas para evitar la posible propagación de la enfermedad.
Han reclamado, algunos, los que se atreven, porque recordemos que una política empresarial que impide la formación de sindicatos y que toma represalias a diestra y siniestra no tiene ningún reparo cuando María o Juan levantan la voz para exigir sus derechos, inmediatamente son despedidos y no hay SUNAFIL ni otra organización que los defienda, así estamos.
En las últimas horas, las denuncias de obreros y obreras no se hacen esperar. Nos cuentan que en la Corporación AgroLatina, no se cumple con la cuarentena y son obligados a trabajar, amparados en la norma que permite la producción de alimentos. Pero ni se le entrega mascarillas ni se observa la distancia reglamentaria para evitar un posible contagio. Esta empresa, se encuentra ubicada en el km 289 en la panamericana sur.
En Agrícola Sol de Villacuri, km 278 de la panamericana sur, las cosas no son tan distintas. Obreros relatan que hicieron un plantón exigiendo irse a sus casas, porque consideran que su labor no es urgente en estos momentos. Este grupo se dedica al mantenimiento de mallas para la vid, etc. Pero recibieron un No como respuesta.
Intentaron otra opción, cambiar sus vacaciones, que se les adeuda a muchos desde hace dos años y sus empleadores tampoco aceptaron.
No nos sorprende la renuencia, no nos sorprende el desdén con que se actúa en estos casos, por la vida de miles de obreros y obreras que hacen posible que diversos productos alimenticios lleguen a las mesas americanas y europeas., lo que nos sorprende es que seguimos teniendo un estado que se pone de costado.
Nos comunicamos con la fiscalía de prevención del delito y con la SUNAFIL, creyendo que en estas últimas horas en una situación apremiante actúen como se espera, pero nuevamente somos testigos que en cuarentena también se juega al gran bonetón.
No me corresponde, dice la Fiscalía quien debe actuar es la SUNAFIL, y su representante nos cuenta una historia que abona en nuestra sensación de orfandad para la protección de derechos, no tiene personal y por ello no puede actuar.
Esta mañana me llaman obreros y obreras. Me dicen no hay operativos ingeniera, no les importamos!

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